Por qué el olor a café nos pone de buen humor
- Francis Torres
- 2 jun 2018
- 2 Min. de lectura
1. Frutas veraniegas (melocotón, fresa, cereza). El olor del melocotón y la fresa se reproduce en multitud de productos. Esto se explica porque ambos olores se asocian con el verano, las vacaciones, el ocio, el sol, el descanso y la recuperación frente al oscuro invierno. Todos esos estímulos nos parecen positivos. Además, sabemos que son productos nutritivos y que generan placer al comerlos. En el caso de las cerezas, que no desprenden un olor tan intenso, nos llama la atención su color y sabor.
2. Hierbas aromáticas (lavanda, albahaca, menta). Nuestras abuelas ponían en los armarios bolsitas con estas hierbas para combatir la humedad y la aparición de moho. El aroma de estas plantas mata esos microbios y, por lo tanto, el organismo sabe que son beneficiosas. Las hierbas aromáticas nos resultan agradables porque su aroma es antimicrobiano.
3. Cítricos (limón, mandarina, naranja). Son olores frescos y placenteros. Estos alimentos contienen vitamina C. El organismo necesita compuestos antioxidantes y por eso los considera positivos.
4. Infusiones (té, poleo, manzanilla, tomillo, café). Tienen una serie de compuestos que normalmente resultan agradables para todo el mundo. El aroma del café recién hecho por la mañana espabila a mucha gente, despierta los sentidos sin la necesidad de consumirlo. Basta con el olor. En el caso de infusiones digestivas como la manzanilla, el organismo sabe que son beneficiosas porque ayudan a encontrarse mejor por sus propiedades antimicrobianas.
5. Especias (vainilla, canela, clavo, pimienta, pimentón). Desprenden olores que el organismo clasifica como positivos. Desde la antigüedad, las especias se han utilizado para conservar los alimentos, ya que además de ser antimicrobianas, el olor que desprenden predomina sobre el de los alimentos que están a punto de entrar en estado de descomposición.

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